EL MAR DE BRONCE EN LA MASONERÍA

Refiriéndonos  al  simbolismo del  mar de bronce, y  dejando  de  lado  la parte histórica,  podemos decir que en  todas  las épocas  del  hombre han existido templos, estos son el reflejo del universo según la concepción del hombre, este los  construye a  su proporción y  conocimientos del mismo, estos fueron  evolucionando  dependiendo de  los diferentes  simbolismos que se desarrollaron a través de la historia.

Por lo general estos edificios contenían no sólo la idealización de un ser supremo,  sobrenatural;  fueron estos el  reflejo de  los  adelantos  en las ciencias y las artes y se representaban por medio de los decorados  y los diversos objetos que dentro de ellos se encontraban. 

En el templo masónico pueden apreciarse estos símbolos que resumen el conocimiento  que la  humanidad  tiene  de  su  medio  y el dominio  que puede ejercer  sobre el,  uno de  ellos es el “Mar de bronce”,  que  estaba situado en la  esquina  Sudeste del atrio, cerca  de la entrada  del Templo.

En efecto, el Mar de bronce se encuadraba dentro de un simbolismo cósmico, pues esa denominación le venía seguramente porque con él se quería representar el “Océano celeste” (las “Aguas superiores”), ya que estaba repleto de agua hasta sus bordes, y su forma era enteramente redonda, como el cielo. Si bien es verdad que como relata el segundo libro de Crónicas, 4, 6, el Mar de bronce se usaba para las abluciones de los sacerdotes, en la antigüedad, con el paso del tiempo se fue desvirtuando este concepto tomándolo como un símbolo de purificación por medio del agua, esto debió ocurrir en una época en que se había olvidado su primitivo significado, que era el de servir como observatorio astronómico, como sucedió en América central en diversos templos prehispánicos y fuentes naturales como los cenotes abiertos en la península de Yucatán, puesto que la superficie plana del agua hacía de espejo en donde era posible contemplar el mapa celeste, y por tanto la rotación regular de los astros, planetas y constelaciones, permitiendo establecer medidas y cálculos y así llevar un seguimiento de sus ciclos, los que se ponían en relación con el calendario litúrgico y ritual. Esta interpretación sobre el Mar de bronce se refuerza por el hecho de que éste estaba soportado por cuatro grupos de tres toros cada uno también de bronce, que en total suman doce, número de las constelaciones y signos zodiacales, según la descripción que se da de él. Cada uno de esos grupos estaba orientado según los cuatro puntos cardinales: tres a Oriente, tres a Occidente, tres a Mediodía y tres a Septentrión, disposición que recuerda la situación que ocupaban las doce tribus de Israel en el campamento hebreo, las que también se correspondían con-los-meses-del-año. 

El Mar de bronce en el templo masónico tiene pues la triple significación de ser el símbolo de purificación en el segundo viaje del aprendiz por medio del agua donde representa los mares embravecidos y la importancia del vital liquido para la supervivencia de la vida, tal vez para el profano sea el primer acercamiento a tomar conciencia del universo que le rodea y lo remita a considerar-los-ritos-de-purificación-que-han-existido-a-través-de-los-tiempos. Resaltar que el mar de bronce se hace referencia siempre al Rito Escocés Antiguo y Aceptado, y no así al Rito York.

El segundo uso de este símbolo es el de observatorio de lo que se tiene constancia tiene como principal propósito el conocimiento del mecanismo del firmamento, necesario para la agricultura, y que se entrelazaba con la función litúrgica, sugiere, que las personas de la antigüedad fueron capaces de hacer mediciones astronómicas mucho antes de lo que se creía y con muchísima más precisión de la que los científicos-modernos-imaginaban.

Otro aspecto a considerar es el de que además de ser un espejo natural que refleje el firmamento podría considerarse como un espejo de la conciencia donde el hombre se logra visualizar a sí mismo mediante la introspección. Así se explica la teoría de la existencia de dos mundos: el mundo sensible (conocido a través de los sentidos)-y-el-mundo-de-las-ideas(solo-alcanzable-mediante-la-razón).

En está relación que se plantea, El Mar de Bronce, refleja al humano y al universo como las apariencias, es decir, lo que captamos a través de los sentidos y pensamos que es real (mundo sensible). Las cosas naturales, el mundo que está fuera de este reflejo y que los observadores ven de forma distinta, sería el mundo de las ideas, en el cual, la máxima idea, es la idea del Bien, la Luz del conocimiento.

Si bien existen abundantes datos sobre el mar de bronce, esta referencia no está documentada en los rituales antiguos del REAA. En los rituales de la Gran Logia de Francia y España, no lo usan, y lo consideran como una variante latinoamericana del rito. El uso del Mar de Bronce está muy difundido en Mexico y centro América, y si hablamos de nuestro Oriente, en los Templos de la sede central  no se ve el mar de Bronce, pero si lo está en las sede Histórica y en la de las Logias Fundadoras.

En lo que fue el Templo de Rufas (Centro de Lima), también estuvo presente, queda representado solamente como una fuente de agua, y no aparecen los 12 bueyes mencionados.

Y como nota curiosa, el mar de bronce está presente en forma colosal en los templos mormones como pila baustismal(ver foto abajo), que capaz alguno no está enterado que el creador de dicha creencia, fue maestro masón(Josepth Smith), y no se duda que ha habido cierta influencia de tenerlo presente en sus templos. Si nos remitimos a la parte histórica, el  Mar de Bronce debió medir  diez codos de diametro (medidas antiguas) y de cinco de profundidad con un palmo de espesor o grueso, que Salomón mandó fundir para el Templo de Jerusalén y en esta gran concha, cabían unas tres mil setecientas cincuenta arrobas castellanas de agua, cantidad enorme, y este enorme vaso de bronce, cuyo borde era semejante al de una copa y a la hoja de una azucena, descansaba sobre doce bueyes del mismo metal, cuyas partes posteriores quedaban enteramente ocultas hacia la parte de adentro, según se lee en el cap. VII, del libro 1ro. de los Reyes y tres de estos bueyes miraban al septentrión, tres al occidente, tres al mediodía y tres al oriente. Claro que en algunos casos, vemos a los 12 bueyes en cuerpo entero sosteniendo el recipiente, y no con solo la parte delantera de los bueyes, como si lo muestra realmente la pila bautismal de un recinto mormón.

En resúmen, estamos viendo como el Mar de Bronce, poco a poco va desapareciendo de los templos masónicos y con él, desapareciendo un gran simbolismo que sale más a relucir en las ceremonias de iniciación.

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