Los autos de Corpus Christi (Mystery plays)
En este artículo, se demuestra la intervención de los masones de York en poner en escena (Mystery plays) ciertos episodios de la biblia, resaltando el tema de los Reyes Magos y Jesús con Pilatos. Veamos el porqué.
Figura 1 |
Moralidades, donde los personajes encarnaban virtudes, vicios, la muerte, etc. y donde el contenido no era específicamente religioso. En la Inglaterra medieval era costumbre representar misterios con motivo de la festividad del Corpus Christi, de modo que que la puesta en escena tenía lugar en el interior de edificios eclesiásticos, con ropas especialmente diseñadas para la ocasión, y con los propios clérigos como actores.
A partir del Siglo XIV, la Iglesia de Inglaterra (entonces todavía católica) comenzó a encargar la puesta en escena de estos autos a los distintos gremios de las ciudades, que los aceptaron como un privilegio en el orden social a cambio de una compensación económica. Los autos pasaron a representarse sobre unas carretas que se iban desplazando por las calles de la ciudad, aprovechando las buenas condiciones meteorológicas de la época estival (todo lo buenas que pueden serlo en Inglaterra). La envergadura de estos Mystery Plays variaba según la importancia de la diócesis y del número de gremios con que contaba la ciudad. Los más espléndidos tenían lugar en York, donde el número de gremios ascendía a 48. Estas representaciones a cargo de los gremios de York se llevaron a cabo desde aproximadamente 1369 hasta 1570, aunque como consecuencia de la Reforma aquellos autos que tenían como eje central episodios de la vida de la Virgen María dejaron de representarse hacia 1550.
Representación moderna de La Creación en los Mystery Plays 2018 de York.
Jesús nació en Belén de
Judea en los tiempos del rey Herodes. En aquel tiempo, unos sabios que venían
desde el oriente llegaron a Jerusalén y preguntaron: «¿Dónde está el rey de los
judíos, que ha nacido? Porque hemos visto su estrella en el oriente, y venimos
a adorarlo». Cuando el rey Herodes oyó esto, se turbó, y toda Jerusalén con él.
Convocó entonces a todos los principales sacerdotes y a los escribas del
pueblo, y les preguntó dónde había de nacer el Cristo. Ellos le dijeron: «En
Belén de Judea; porque así está escrito por el profeta:
“Y tú, Belén, de la
tierra de Judá, no eres la más pequeña entre los príncipes de Judá; porque de
ti saldrá un guía que apacentará a mi pueblo Israel.”
Luego, Herodes llamó en
secreto a los sabios para saber de ellos el tiempo preciso en que había
aparecido la estrella. Los envió a Belén, y les dijo: «Vayan y averigüen con
sumo cuidado acerca del niño, y cuando lo encuentren, avísenme, para que yo
también vaya a adorarlo». Después de escuchar al rey, los sabios se fueron. La
estrella que habían visto en el oriente iba delante de ellos, hasta que se
detuvo sobre el lugar donde estaba el niño. Al ver la estrella, se regocijaron
mucho. Cuando entraron en la casa, vieron al niño con su madre María y,
postrándose ante él, lo adoraron. Luego, abrieron sus tesoros y le ofrecieron
oro, incienso y mirra. Pero como en sueños se les advirtió que no volvieran a
donde estaba Herodes, regresaron a su tierra por otro camino.
Después que partieron ellos, he aquí que un ángel del Señor apareció en sueños a José y dijo: Levántate y toma al niño y a su madre, y huye a Egipto, y permanece allá hasta que yo te diga; porque acontecerá que Herodes buscará al niño para matarlo. Y él, despertando, tomó de noche al niño y a su madre, y se fue a Egipto, y estuvo allá hasta la muerte de Herodes; para que se cumpliese lo que dijo el Señor por medio del profeta, cuando dijo: De Egipto llamé a mi Hijo. Herodes entonces, cuando se vio burlado por los magos, se enojó mucho, y mandó matar a todos los niños menores de dos años que había en Belén y en todos sus alrededores, conforme al tiempo que había inquirido de los Magos.
Este grupo de iniciados (se han resumido en tres sencillamente porque ese número simboliza una multiplicidad), es originario de Oriente. Ya sabemos por el simbolismo masónico, heredado del hebreo, que el Oriente simboliza el estado primigenio de pureza, perdido en la Caída del Hombre.
Los Magos siguen la estrella que les dirige al Salvador, aunque no saben
cómo encontrarle, de modo que cometen el error de dirigirse en primer lugar a
buscar la ayuda del poder político, encarnado en Herodes (aunque de un modo
distinto, la posibilidad de extraviarse y no reconocer dónde está la Verdad
queda plasmada en el Grado de la Marca, donde a los tres
Sobrestantes les es presentada la Piedra Angular, pero al no ajustarse a la
Escuadra y no llevar marca de cantero -es decir, no es de factura humana- no
saben reconocerla y la juzgan inútil, de forma que la Piedra Angular es
arrojada a la escombrera, siendo únicamente cuando el Maestro de Obras
interviene cuando se percatan de que esa era la Clave que necesitaban para
construir el Arco Real, tras lo cual buscan en la escombrera hasta
recuperarla).
Cuando los Magos informan a Herodes de que están buscando al Rey de los Judíos,
este se siente amenazado; pero el poder terrenal por sí solo tampoco sabe dónde
encontrar al Redentor, del mismo modo que ignora las circunstancias en que nace
esta necesidad del alma, y por ello convoca a los Iniciados a su presencia
para que le expliquen el momento en que nace la estrella. Finalmente apela a la
Fe (sacerdotes y escribas), quienes sí son capaces de ofrecer las respuestas
buscadas acudiendo a los Textos Sagrados. El poder terrenal, con
engaños, intenta aprovecharse de la ayuda de los Magos para destruir al Niño.
Los Iniciados le localizan siguiendo la Estrella, y le regalan oro, incienso y
mirra, (símbolos de realeza, divinidad y humanidad). Los Magos, una vez que
han encontrado al Salvador, pueden por fin retornar a su tierra de origen, y
vuelven a Oriente, pero teniendo cuidado de evitar al poder político (el ángel
les avisa en sueños de que no regresen a donde está Herodes), el cual desea
exterminar a toda costa lo que el Salvador representa. Finalmente, el poder político, ante la imposibilidad de asesinar al Salvador,
desata toda su furia y absoluta falta de escrúpulos con el fin de intentar
destruir a un enemigo al que por su naturaleza nunca podrá controlar.
Un detalle que invita a pensar que efectivamente perseguían poner de manifiesto la incompatibilidad entre política y espiritualidad es el hecho de que un gremio tan relacionado con los masones como son los retejadores también escogieron para sus Misterios un tema que muestra el maltrato y la falta de protección de la fe por parte del poder político: Jesús ante Pilatos. De lo que no cabe duda es de que eran perfectamente conscientes de lo que este episodio simbolizaba. Lo único que tenemos claro es el hecho histórico de que, durante más de 170 años, en la fiesta de Corpus Christi, los masones representaban por las calles de York este aviso a navegantes acerca de dónde debe buscarse la Luz, y cuál es el extravío principal en el que se puede incurrir. Y leyó bien, lo hicieron durante 170 años.
Artículo original de Alberto Moreno Moreno.
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