SOBRE EL BUDISMO Y LA MASONERÍA

Buda, más exactamente el Buda histórico, es reconocido por la Masonería como uno de los Iniciados junto con Jesucristo, Moisés y Mahoma, entre otros.
Los primeros intelectuales occidentales que tuvieron contacto con el budismo fueron los jesuitas, quienes en el siglo XVII tuvieron acceso a las versiones en chino de los textos canónicos.
Las relaciones comerciales entre occidente y oriente llevaron a que muchos intelectuales empezaran a estudiar el budismo, pero realizaron un primer acercamiento “como se observa a un enemigo, empeñados en probar la superioridad del cristianismo”.El budismo quedó relegado a la categoría de “alba”, previa a la “plena luz del día” que es el acercamiento religioso occidental a Dios.
Sin embargo, con el tiempo el budismo pasa a ser visto no como una religión menor sino como un sistema completamente distinto, y a ser estudiado ya no por oposición ni comparación sino analizado según su propia lógica.
Es así que rusos, americanos e ingleses proclamaron su admiración por la ancestral sabiduría del oriente. Helena Blavatsky y el coronel Henry Olcott, cofundadores de la Sociedad Teosófica, visitaron en 1880 Ceilán (Sri Lanka), interesándose por el sistema ético del budismo Mahāyāna, el cual sin embargo fue entendido por ellos como algo esotérico.
Al respecto, A. P. Sinnett publicó el libro “Budismo esotérico”, en donde se entendía como tal toda clase de ideas misteriosas y de religiones y doctrinas orientales.
Es en occidente que el budismo se encuentra frente a frente con otras filosofías y tradiciones, y donde empiezan a evidenciarse sus coincidencias. Por ejemplo, la ley de causa y efecto budista (que sobrepasó a la objetivación científica materialista de la realidad, generando la reconsideración de la idea aristotélica de causalidad encontró un correlato en uno de los siete principios de la filosofía hermética, donde:
“Toda causa tiene su efecto, todo efecto tiene su causa, todo sucede de acuerdo a la ley; causalidad no es sino un nombre para la ley no reconocida. Hay muchos planos de causación, pero nada se escapa de la ley.” En realidad, los siete principios expuestos por la filosofía hermética (mentalismo, correspondencia, vibración, polaridad, ritmo, causa y efecto, y género) calzan perfectamente en la difícil descripción del Dharma.
Probablemente el acercamiento actual de la masonería al budismo sea uno de los más sinceros y objetivos de los que se tenga conocimiento. Le hace un lugar entre los Iniciados y reconoce las diferencias contextuales de la época en que vivó Buda antes de aventurarse a analizarlo.
Sin embargo, en líneas generales, podría pensarse que el budismo, al no mencionar implícitamente la existencia de un dios, podría estar en desacuerdo con la práctica de la masonería, cuyo único requisito es la creencia en un Dios, denominado G:.A:.D:.U:., creador del cosmos y de todo lo que hay en él:
“Él es uno, Él existe por sí mismo, Él es a quien todas las criaturas deben su existencia, Él es invisible a los ojos de la naturaleza. Nada sin él se hace, Él ve y comprende todas las cosas y a Él es a quien elevamos nuestros votos y dirigimos nuestros ruegos.”(Ritual de 1er. Grado del Rito escocés antiguo y aceptado practicado en la Gran Logia del Perú).
La idea budista del Dharma como la Ley Absoluta, el origen y el orden de todas las cosas y, lo que es más, la manifestación de las mismas (y a la vez la manifestación de su vacuidad), es casi idéntica a la idea antes expuesta.
“Contempla el Dharma que es lo Vacío (la interdependencia y la incesante mutabilidad de la existencia) y de lo amorfo. Así podrás eliminar para siempre todos los obstáculos kármicos.”
No olvidemos que el Dharma es tanto la Ley como las enseñanzas que dejó Buda; es decir, es el camino y la meta.
Pero más allá de las similitudes o diferencias queda claro que, al no ser religiones, la masonería y el budismo no son incompatibles entre sí.
Usualmente, una persona de cultura occidental, creyente en una religión monoteísta e interesada en la práctica del budismo, pregunta si este es una religión y si se debe renunciar al propio credo para practicar las enseñanzas del Buda. ¿Puede un católico practicar el budismo? A la luz de todo lo expuesto en este trabajo queda claro que, en ese sentido, no existe ningún problema, puesto que el budismo no rechaza nada ni pide requisito alguno.
La masonería, por su parte, solo pide creer en el un Dios, al margen de la concepción que se tenga de él. El budismo solo pide como requisito contemplar el Vacío del Dharma; por lo tanto, pide creer en él.

Finalmente, podría decirse que el espíritu de búsqueda permanente de la verdad en la Masonería tiene un interesante correlato en las palabras del propio Buda: “Acepten mis palabras solo y después de haberlas comprobado vosotros mismos; no las acepten simplemente por la veneración que me profesan. No me veneren, solo busquen la verdad”.

No hay comentarios:

Publicar un comentario