Este trazado surge la confusión en los términos
de desvastar y desbastar, y esta confusión trajo a otra más, desbastar o pulir,
y luego de esto salió otra confusión que en el proceso había un paso intermedio
: el tallado.
Revisando bibliografía pude notar que en
los rituales de primer grado se dice bien claro y se utiliza la frase “desbastar
la piedra tosca”, pero en las lecturas e incluso libros se deja el término desbastar
por el de pulir.
Pues una sorpresa de que estos términos
no se parecen en nada y por ello este trazado que pretende devolverle la
hermosura de nuestro idioma y retomar nuestros términos masónicos.
Comenzaré por la palabra desbastar, con b
labial, pues escribirlo con uve no es correcto. Esto es porque se confunde con
el término devastar que significa destrucción de un territorio.
Pasando directamente al tema, para los
antiguos masones operativos, la piedra bruta era la materia prima con la que
finalmente se iban a construir catedrales, palacios, templos y todo lo que el
maestro arquitecto pudiera diagramar para generar un producto bello, fuerte y
generalmente provisto de una alta carga de simbolismo.
El valor agregado de la piedra, iba en
aumento a medida que se realizaba sobre ella un trabajo cada vez más fino, y
generalmente a los trabajadores se les pagaba por unidad terminada, lo que se
conoce como trabajo a destajo. En la moderna masonería como se nos enseña desde
el primer grado, ya no se trabaja sobre
piedras minerales, sino sobre "piedras humanas", pero el proceso de
elaboración del producto terminado, viene a ser exactamente el mismo.
Debido al frecuente uso entre los
masones actuales que hablan de pulir la piedra bruta, se hace necesario aclarar
y explicar adecuadamente cuales eran los distintos pasos para terminar con una
piedra apta para la construcción. Debe quedar claro desde un comienzo, que
jamás un masón operativo iba a ponerse a pulir una piedra en estado bruto. Justamente por lo tosco del material, lo
que el trabajador debía hacer era DESBASTAR
esa porción, hasta quitarle las partes sobrantes, y darle una forma adecuada
para el siguiente paso en el proceso, que sería el TALLADO.
Una vez desbastada la piedra, estaba en
condiciones de ser tallada. Y ya no hablamos de una piedra bruta, sino de una
piedra desbastada. El tallar la piedra, posiblemente no
haya sido tarea de los mismos obreros encargados del desbaste, ya que se
necesita una mayor precisión y delicadeza en la tarea.
Tallar la piedra significa una gran
evolución en el espíritu humano, por sobre la simple tarea de desbastar. Una
evolución de muchos miles de años y ya veremos porque.
Una vez tallada la piedra y con el
formato final adecuado a las necesidades de ese momento, la piedra podía pasar
a un último proceso que es el pulido.
No siempre las piedras eran pulidas, ya
que es un trabajo demasiado fino e innecesario para algunos sectores de las
edificaciones a donde no llegaría jamás la vista del hombre.
Las piedras pulidas eran las que
quedarían expuestas, y no tocaba a todas ellas el mismo nivel de pulimento,
sino que también eso dependía del lugar en la edificación que deberían ocupar.
No tenía el mismo pulido una piedra de
una fachada, que la de una pared lateral.
Además es importante tener en cuenta que
el pulido más fino siempre se realizaba sobre la cara que quedaría expuesta, y
no sobre las otras cinco caras que iban a permanecer ocultas a la vista.
Tan importante es diferenciar el
desbastado, el tallado y el pulido de las piedras, que encontré en un libro de
historia del hombre una división de las edades de acuerdo a este tema, que dice
asi : “ Según terminología acuñada por John Lubbock en 1865, los períodos a
comparar serían los siguientes:
- La Edad de Piedra temprana:
corresponde al período que va desde la aparición del hombre hasta hace unos
doscientos mil años atrás. Es el período más burdo de la historia humana, el
más torpe y el que cuenta con menos detalles destacados.
La Edad de Piedra tallada: conocida
también como el Paleolítico o antigua Edad de Piedra. Desarrollada hasta unos
diez mil años atrás, es la época en que el hombre creó herramientas tallando la
piedra (dejó de usar solo huesos y palos), y pasó a fabricar sus armas, sus
utensilios y sus útiles de labranza con piedras talladas.
- La Edad de Piedra pulida: conocida
también como el Neolítico o nueva Edad de Piedra. Desarrollado hasta unos 4000
años antes de la Era Cristiana, es el momento en que el hombre además de tallar
la piedra, aprendió a pulirla para darle las más finas y suaves terminaciones”.
Llevando estas elementales nociones de
Historia del espíritu humano, al estricto campo de la moderna Masonería
especulativa, y sabiendo que a cada grado simbólico le corresponde un
determinado tipo de trabajo sobre la piedra, comprendemos entonces que viene a
resultar inapropiado (a mi modesto entender) confundir cosas tan distintas como
el desbastado, el tallado y el pulido de una simple piedra.
La moderna masonería utiliza las
herramientas del antiguo masón operativo como parte de una analogía, en la cual
las piedras brutas serían los seres humanos comunes y corrientes, que a través
de un proceso de trabajo sobre sí mismos, deben llegar a retirar sus partes más
toscas para acercarse a algo más fino y delicado, tanto en lo estético como en
lo moral.
Recordemos que al comienzo de la
Masonería moderna, la cultura y el conocimiento eran potestades de los sabios y
de los estudiosos.
En una época en que muchos monarcas europeos
no sabían leer ni escribir, con mayor razón el grueso de los pueblos tampoco
tenía acceso masivo a la cultura, por lo que las Logias masónicas del Siglo
XVIII eran eminentemente educativas. Justamente el Diccionario de la Real
Academia Española, en su tercera acepción define la palabra “desbastar” como:
Quitar lo basto, encogido y grosero que por falta de educación tienen algunas
personas.
El masón Aprendiz, tiene justamente la
tarea de desbastar su piedra bruta, de educarse y de quitar de sí sus partes
más toscas y torpes. En la búsqueda de aumentar la precisión de sus trabajos,
debe observar al detalle la labor de los Compañeros y los Maestros de su
Taller.
El Compañero masón, ya ha pasado por la
etapa del Aprendiz y ahora su responsabilidad aumenta. Observando y aprendiendo
de quienes tienen mayor experiencia ha desbastado su piedra, y puede comenzar
con el tallado Tallar su propia piedra es la tarea del Compañero, pero ya no
hablamos de una piedra bruta, sino una piedra con forma y volúmenes bien
determinados.
El Maestro masón, tiene un grado que por
mucho tiempo no se utilizó en la moderna masonería ya que Las logias o talleres
de los antiguos masones operativos, estaban generalmente integradas por
Aprendices y Compañeros, ya que los Maestros venían a ser los “contratistas” de
las obras, y configuraban la parte patronal.
Sin embargo el grado de Maestro apareció
en las logias especulativas, y su trabajo sobre la piedra tallada es
simplemente pulirla, hacerla suave, eliminar las rugosidades y retocar los
pequeños errores que pudiera haber dejado el Compañero.
Y no hablamos de la tarea de enseñar que
tendría el Maestro, porque en nuestro análisis estamos hablando de una misma
persona que fue profano una vez, desbastó su piedra bruta como Aprendiz, como
Compañero tuvo que tallar la piedra previamente desbastada, y como Maestro una
vez en la cumbre de los grados simbólicos, tuvo como tarea pulir su propia
piedra hasta dejarla suave y purificada de todo error o imperfección.
Obviamente estas analogías son ideales y
muchas veces utópicas dentro de la vida masónica de un Ser Humano, pero es muy
importante tener en cuenta las diferentes etapas en el trabajo de la piedra
individual. Por ello no debe hablarse de la piedra bruta como si en todo
momento estuviéramos paralizados en la primera etapa de la evolución.
Es completamente erróneo hablar de
tallar la piedra bruta, y el error deviene burdo y grosero cuando se habla de
pulir esa piedra bruta.
El pulido es tarea del Maestro masón, y
no se pediría a nadie pulir una piedra bruta. Tampoco a tallarla, ya que la
tarea del Compañero se hace solamente sobre una piedra previamente desbastada.
Pero llevemos estos errores teóricos al
campo práctico y de la casuística, y esto con el propósito de obtener una
respuesta partiendo de lo erróneo, asi como actualmente se aplica en las
universidades, además por supuesto con la ayuda de la nueva tecnología.
Comienzo con la pregunta
¿Qué pasaría cuando un masón se pone a
pulir su piedra bruta?
Empezando por el Aprendiz, estaría
haciendo un trabajo vano por varias razones. No solo que jamás desbastaría sus
partes más groseras, burdas y torpes, sino que estaría realizando un trabajo
que no le corresponde y que además no conoce. Un gran esfuerzo, un largo tiempo
en tratar de quitarle lo tosco a la piedra sin lograr el resultado esperado.
El resultado ¿?........... un masón
fracasado.
Generalmente estas personas duran poco
en la Institución, y si permanecieran en ella, serían altamente nocivas para la
Fraternidad y para la Sociedad en su conjunto. Son solo piedras brutas
brillantes, que nada quitaron de lo grosero que les sobraba, y que seguramente
están resentidas con el método masónico ya que no comprendieron nunca su labor
y su función, pero su tosquedad ahora es un poco más llamativo y suave.
Siguiendo con el Compañero, el error
aquí es doble aunque los perjuicios no llegan a ser tantos.
Un Compañero nunca debería trabajar en
forma alguna sobre una piedra bruta. Si lo hace es porque aún sigue siendo un
principiante Aprendiz, que todavía tiene que seguir desbastando su piedra antes
de empezar el trabajo más fino.
Tenemos aquí el caso de Aprendices que han
recibido un aumento de salario antes de tiempo, cuando aún no habían desbastado
sus aristas torpes, y su piedra quizá no tiene el formato básico de
paralelogramo que se requiere de él.
Estos Compañeros llevan sobre sí el
vicio de la soberbia, y será muy difícil que vuelvan a tener una oportunidad de
quitarse sus sobrantes más toscos e informes.
Ni que decir tiene el hecho de su
trabajo de pulido de la piedra como algo poco útil. El Compañero no debe pulir
sino tallar, y así darle forma a su vida y dejarla lista para ser útil al
edificio social.
Y se supone que su piedra bruta ya no lo
es tanto porque antes la trabajó como Aprendiz, por lo que quizás algo de
formato tenga.
Pero pulir una piedra que aún no ha sido
tallada representará un prolongado esfuerzo para el Compañero, del que solo
obtendrá un producto final mediocre y de baja calidad.
El caso de un Maestro masón puliendo una
piedra bruta, ya merece una consideración especial por la gravedad del asunto.
Seguramente ya aprendió a desbastar,
también a tallar, pero a la hora de pulir nos encontramos con que todavía la
piedra en cuestión no ha dejado de ser una piedra bruta.
Y es muy grave ver esta situación con
Maestros masones de carrera meteórica, que sin el conocimiento simbólico
correctamente aprehendido, nunca
dejaron de ser piedras brutas.
Para desbastar la piedra hay que pegarle
fuerte y quitarle grandes trozos sin contemplación alguna, con el único
objetivo de llegar a la piedra perfecta. Tratada con demasiada suavidad y
desidia a la hora del desbaste, quizá apenas acariciada a la hora del tallado,
no importa la energía que se le ponga a la hora del pulido.
La piedra bruta pulida en manos de un
Maestro es el peor resultado imaginable que puede llegar a acontecer. Allí es
que nos encontramos con una piedra que
brilla pero sin forma alguna para la construcción, con finas curvas pero
amorfa. El resultado fnal un maestro con increíbles ínfulas de grandeza,
rellenos de una soberbia a toda prueba. Ciegos, sordos y mudos ante todo lo que
acontece mas allá de su limitada visión de las cosas. Al obtener el grado de
maestro, simplemente deja de trabajar pues cree que ya hizo suficiente. Es el
que no presenta ningún trabajo, y no enseña pues es el masón que no aprendió.
En conclusión, no en vano el hombre tuvo
que tallar la piedra durante casi doscientos mil años antes de aprender a
pulirla. Por ello es indispensable nunca confundir los términos y no saltear
jamás los pasos del proceso.
Podemos agregar algo más, estas palabras no hacen diferenciación en cuanto a Ritos, pues el hecho de desbastar la piedra tosca o bruta es el mismo proceso. En ningun rito se pretendería pulir la piedra bruta.
Podemos agregar algo más, estas palabras no hacen diferenciación en cuanto a Ritos, pues el hecho de desbastar la piedra tosca o bruta es el mismo proceso. En ningun rito se pretendería pulir la piedra bruta.
Concluyo con estas palabras
a) La piedra bruta no se pule, se
desbasta (Tarea del Aprendiz).
b) Luego la piedra debe ser tallada
(Tarea del Compañero)
c) Finalmente la piedra se pule (Tarea
del Maestro).
IVO PINO RAMOS
Fuente: anónimo
LEIDO EN LOGIA EL 19/11/2011
Versión ampliada 07/07/2014
Versión ampliada 07/07/2014
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