La emoción de sentirnos en nuestras primeras conversaciones masónicas,
los consejos de los hermanos mayores en las reuniones después de los brindis, y
luego de un tiempo, nuestra primera reunión extra logial; un cumpleaños… una
boda...
Toda una desbordante alegría de conversar entre HH:. … y de repente, al acer-carse al grupo, una persona que no pertenece a la Orden y a media voz se
oye…
Cuidado ¡! Llueve ¡!
Lo
mencionado anteriormente, corresponde a una usual forma de indicarnos que hay
un profano cerca y que se debe dejar de hablar de la Orden. Pasado el momento,
recibimos la instrucción que utilicemos esta frase, que los HH:. ya sabrán
interpretar.