LA BANDERA EN EL ORIENTE EN LA GRAN LOGIA DEL PERÚ

En la asamblea de la Gran Logia del Perú realizada el 12 de Febrero de 1920 bajo la dirección del Gran Maestro de dicho periodo, el M:. R:. H:. Jorge E. Thornberry y en la estación correspondiente informa, un Respetable Hermano, “sobre sus visitas en los Templos en New York”, relatando los siguientes pasajes:
“En una de las visitas que hizo acompañado del hermano Camps, éste lo presentó ante el Venerable Maestro y la Logia “Anglo Saxon” como el portavoz de los sentimientos fraternales de la GranLogia del Perú, a la que calificó como “La centinela avanzada de la moderna civilización en Sud América”, esta presentación fue contestada con una hermosa improvisación del Venerable Maestro, dándome la bienvenida oficial en nombre de las logias dependientes de la Gran Logia de New York, siendo conducido al Oriente en medio de los entusiastas aplausos de los hermanos y de los acordes melodiosos de la magistral orquesta de esta Logia; al pie del trono y con el sombrero en la mano me dió el abrazo fraternal y puso en mis humildes manos el mallete regulador de una de las primeras Logias de esa gran jurisdicción.”

La impresión que en ese momento experimenté no es para ser descrita, no era la imponente recepción de que era objeto, no el gran número de hermanos que de rigurosa etiqueta asistían a dicha sesión, no sus aplausos estruendosos y entusiastas, no las palabras pletóricas de verdadera fraternidad que se dirigieron a la Gran Logia del Perú, no queridos hermanos, lo que hizo que experimentara la impresión más grande que he sufrido en mi vida, lo que hizo que mis ojos se llenaran de lágrimas y que mi corazón paralizado por un momento sus latidos me privaron de todo movimiento fue que al levantar los ojos mis miradas tropezaron con nuestra hermosa bandera bicolor que por un refinamiento de exquisita delicadeza se había colocado en el Oriente, al lado de la bandera estrellada y lo que es más, antes de cerrarse los trabajos el hermano Camps en nombre de “Anglo Saxon” y como recuerdo de mi visita me obsequió esa hermosa bandera que hoy os presento,” desdoblándola la exhibió  y solicitó que ella fuera colocada en el Altar de los Votos, pidiendo que el R:. H:. Coronel Pío Alcalá*, Héroe Nacional que se encontraba presente fuese quien la depositara en nuestro Altar.

Aceptado este pedido por el Gran Maestro. el hermano Alcalá dominado por una emoción inmensa la recibió de manos del Gran Secretario y escoltado, la condujo al lugar que se le había designado, una vez en el cual, el hermano Alcalá preso de emoción inmensa y llenos los ojos de lágrimas, fruto de su acendrado patriotismo, se puso de rodillas ante ella y la adoro “como se adora a Dios ante su Altar” y “la cubrió de besos como besa el hijo amante la venerable faz de su anciana madre”. Una estruendosa salva de aplausos premió la actitud eminentemente patriótica del hermano Pío Alcalá quien ocupó su puesto dominado por la emoción consiguiente.

“Debo aprovechar para resaltar hechos como estos son los que hace de los Francmasones seres diferentes de sus iguales”.En la siguiente reunión y todavía impactados por la solemne y emotiva actitud del hermano Pio Alcalá, se presenta un proyecto por el cual la Gran Logia del Perú y sus logias subordinadas coloquen la Bandera o Pabellón Nacional en los Templos; la cual se pone en discusión.

Se sustenta en que… “así como los F:. M:. juramos sobre la Biblia cumplir nuestros compromisos, también debemos jurar ante la Patria ser fieles observadores de nuestra ley, pues… “la idea de la Patria no puede estar nunca separada de la idea de la Francmasonería”. A este argumento se agrega la opinión de que esta disposición debe estar contenida en la nueva Constitución.

 Explica, nuestro Hermano “que en el siglo actual, donde recién se abría paso el Derecho contra la Fuerza, era obligación de todos (….) propender al desarrollo de la idea de Patria y para conseguirlo se debía emplear todos los medios justos y legales que existan, ninguno más hermoso que el tener presente en nuestros juramentos y deliberaciones el emblema santo de nuestra patria: La Bandera”.

Explicación a la que otro H:. complementa afirmando (…) “que ella debe ser colocada en nuestros Templos Masónicos, para fortalecer a nuestros Hermanos en el cumplimiento de su deber, teniendo a la vista el emblema más santo, respetable y querido que existe para todo buen ciudadano”.

El representante de la Logia “Luz del Guayas” N° 10 del Valle de Guayaquil… “manifestó que el proyecto no podía tener efecto en nuestras Llog:. que trabajan en el extranjero, pues sus miembros no querrían jurar sobre una bandera que no es de su país”.

Esta atingencia fue levantada al explicarse que el… “proyecto dice que es la Bandera Nacional”, en tal sentido se debe colocar la que corresponda a cada país. Se afirma… “que el espíritu del proyecto es que todos los masones tengan a la vista el emblema que les recuerde las glorias de su patria, pertenezcan a la nación que pertenezcan y que así como queremos que los peruanos sean cada día más perfectos, así también queremos que nuestros Hermanos que trabajan bajo nuestra jurisdicción en el extranjero, estén adornados de las mismas virtudes.”

Agotado el debate se solicitan las conclusiones al Capellán, quien concluye por que el proyecto sea aprobado, Puestas al voto. sus conclusiones; ellas fueron aprobadas por unanimidad.

Ese día, era el  jueves 1° de Abril de 1920 ... y es de día que la Bandera Nacional está presente en nuestros Templos.

 Ivo Pino Ramos

Fuente: Boletín del Respetable Hermano Francisco Siales García, Director del Instituto Histórico de la Gran Logia del Perú.

  *H:. MANUEL PIO ALCALA (Arequipa, 17 de junio de 1859)

 Enrolado en 1874 en el Batallón Ayacucho N° 3 como soldado distinguido. Durante la guerra con Chile, participo en la campaña del sur de 1879 a 1883.

Terminada la guerra se pone a las órdenes del H:. Cáceres, con quien participa en la defensa de Lima en 1895. Derrocado el H:. Cáceres, le acompaña en su exilio a la Argentina.

Por encargo del gobierno, organiza las Fuerzas Armadas en Loreto. Desempeña la Comandancia de la Segunda División, en Lambayeque, durante el conflicto con el Ecuador en 1910.



 

 


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